domingo, 26 de marzo de 2017

"La cura del bienestar": Secretos de un balneario

Gore Verbinski ha vuelto a dirigir una película tres años después del traspiés que tuvo con El llanero solitario, un filme que no parecía suyo habiendo sido el responsable de las tres primeras películas de la saga Piratas del Caribe y, anteriormente, la familiar Un ratoncito durio de roer (1997).

En mi opinión su nueva película, La cura del bienestar, relanza su carrera por conseguir que más de dos horas no provoquen sopor y eso se consigue gracias a un guión que, aunque un tanto enrevesado cuenta una historia donde todo tiene lógica aunque una segunda visión sería adecuada para captar más detalles.

Con la excusa de un joven que va a buscar a un balneario en Suiza a un compañero de trabajo, Verbinski elabora una historia que bebe de muchas fuentes, desde la novela La montaña mágica, de Thomas Mann, hasta las novelas góticas, así como las películas de terror de los Estudios Universal de los años 30 o de la productora Hammer y escenas que recuerdan a Rebeca (Alfred Hitchcock, 1940) o a Marathon Man (John Schlesinger, 1976). Pero donde el guión pega el giro bueno es cuando ocurre algo que lo desvincula de Shutter Island (Martin Scorsese, 2009), porque hay un momento en el  que el filme parece una copia del mencionado filme basado en la novela de Dennis Lehane, cambiando el psiquiátrico por el balneario. La mencionada desvinculación es lo que hace al filme coger un importante impulso y descubrir las cartas, que son muy buenas por cierto.

También es un acierto la elección de los actores. Admito que es la primera película que veo de Dane DeHaan y reconozco que tiene un rostro que no se olvida que se amolda como un guante al ambiente de la película y a los acontecimientos que vive en primera persona. De igual modo Jason Isaacs hace un villano fuera de toda estridencia y hace ver lo bueno que es, más allá del Lucius Malfoy que interpretó en la saga Harry Potter. Mia Goth es otro descubrimiento, con otro rostro que no se te olvida y que parece sacada de un relato de Poe.

                   

La cura del bienestar es un filme hecho con contundencia visual que juega con el marco espacio-temporal de una ingeniosa manera, donde todo tiene una razón de ser y con el agua como elemento perturbador, tanto es así que no ves con igual normalidad un vaso de agua. Si esta crítica es más corta que las anteriores es por una sencilla razón: No se debe contar mucho y creo que he contado bastante y dado pistas suficientes para indicar lo que se puede esperar el o la que vaya a verla. Puede gustar o no, pero merece la pena gastarse el dinero de la entrada.

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