martes, 9 de junio de 2015

Jorge Torres: "En 'La noche de las tríbadas' se muestra cómo se hacía teatro antiguamente"

Jorge Torres es un claro ejemplo de que los sueños se pueden hacer realidad. Nacido en Sevilla, estudió enfermería y fisioterapia pero la ilusión de ser actor siempre estuvo en su pensamiento y hoy su pasión por los escenarios los divide en dos facetas: como ayudante de dirección de José Carlos Plaza y como actor.

En estos momentos representa en Nave 73 durante los tres primeros fines de semana de junio (13, 14, 20 y 21 de dicho mes) la obra La noche de las tríbadas de Per Olov Enquist dirigido por Plaza y donde, compartiendo escenario con Zaira Montes, Oscar Ortiz de Zárate, Montse Peidro y Pepa Gracia, se mete en la piel del escritor August Strindberg, en una historia que se desarrolla durante los ensayos de La más fuerte y donde la vida real se mezcla con la ficción salida de la mente del genial autor sueco.
Jorge Torres*
El Rinconcillo de Reche  habló con Jorge Torres de los entresijos de esta obra que combina con su trabajo de ayudante de dirección en Medea, la tercera tragedia griega en la que ejerce tal labor tras Electra y Hécuba, todas ellas dirigidas por Plaza, y que se verá en el Festival de Mérida del 1 al 5 de julio. Torres, con una simpatía a raudales nos habló, además, de sus inicios y de otros montajes en los que ha participado. Pasen y lean. 

Pregunta: Se han cumplido cuarenta años de la publicación de La noche de las tríbadas ¿Cómo surgió el proyecto?

Jorge Torres: Pues fue interesante: Una de las actrices de la función, Zaira Montes, y yo, estábamos buscando una obra para trabajar juntos y, como llevamos muchos años trabajando con José Carlos Plaza, le pedimos consejo a él. Me dijo que me leyese La noche de las tríbadas, la cual le había impresionado mucho, y La noche de los asesinos. Se dio la circunstancia de que, yendo a Portugal para montar El gato montés, me quedé cinco horas encerrado en el aeropuerto y me leí allí La noche de las tríbadas. Llamé a Zaira, que en esos momentos estaba haciendo Hécuba y le dije que teníamos que montarla. Se la leyó y me apoyó. Hablamos con otras dos de las actrices del montaje, Pepa Gracia y Montse Peidro, y decidimos comentárselo a José Carlos, que es nuestro maestro. Él venía de una experiencia muy buena dirigiendo True West, con Luis Rallo, Israel Frías, Alberto Berzal, entre otros y, cuando se lo pedimos nos dijo que sí, porque es muy generoso. Se acordó llevar a cabo un período de entrenamiento y, si veíamos que podía funcionar, la estrenábamos. Todo comenzó hace un año reuniéndonos, haciendo trabajo de mesa, con algunos parones por compromisos profesionales de ambos y en enero, volviendo de Lisboa por Los diamantes de la corona me dijo que comenzábamos a ensayar. Estrenamos en marzo pero oficialmente no ha sido hasta ahora en Nave 73. 

P.: La obra, como suele decirse, tiene mucha tela que cortar. Pero como trata la figura de August Strindberg, al que usted interpreta, quisiera mencionar una frase de Mariana Cordero. Me dijo que para interpretar obras de Strindberg hay que estudiar al propio autor para entender el porqué escribe lo que escribe, y esta obra sirve para conocer al hombre detrás de clásicos como El Pelícano y La señorita Julia ¿no?

J.T.: Totalmente. Aparte de toda la información que José Carlos Plaza nos da a los actores me he empapado de todas sus obras, sus autobiografías y escritos psicológicos sobre él. Es muy importante conocer su mundo porque era un hombre misógino y eso se sabe leyendo sobre él. Hay un libro, Diario de un loco, que cuenta su vida, sus pasiones, sus amores, sus angustias, su mediocridad y es importante investigar en su vida. Además de todo eso fue un genio, ya que, por ejemplo, se adelantó cincuenta años al surrealismo. Es un personaje muy complejo.
Caracterizado como Strindberg en La noche de las tríbadas*
P.: Ya el título de la obra es muy indicativo porque "tríbada" es una manera poética de decir "lesbiana"...

J.T.: Sí, es un acierto de Per Olov Enquist porque buscó un término poético para referirse a esa palabra.


P.: Además, que sea una obra de teatro sobre el mundo del teatro, debe de ser atractivo ¿no?

J.T.: Así es, aunque también  es complicado. Pero lo bueno es que se muestra cómo se hacía teatro antiguamente y creo que Montse Peidro está fantástica porque da unos matices bonitos y diferentes cuando  hace de Siri, la actriz en La más fuerte, y cuando hace el personaje fuera de la obra que se está ensayando. También se muestra cómo Strindberg quería que se interpretasen sus obras y eso es bonito verlo.

P.: En la función, si no estoy mal informado, hay una relación entre lo que pasa en la obra que se ensaya y lo que ocurre en la vida real de los personajes...

J.T.: Sí, porque Strindberg escribe La más fuerte tras su encuentro con Marie Caroline David. En esa obra escribe lo que le hubiese gustado que ocurriese: que las dos mujeres hubiesen estado enamoradas de él y no que Siri, su mujer estuviese enamorada de Marie, por lo que escribe la obra para darle la vuelta a lo que ocurrió en realidad.
Con sus compañeros en la obra de Per Olov Enquist*
P.: En este montaje se rodean de personas habituales en el equipo de trabajo de José Carlos Plaza como Juan Pedro Hernández para la caracterización....  

J.T.: Lo que hace Juan Pedro Hernández, y Jorge Hernández que nos ha estado maquillando y ayudando estos días, es impresionante. El primer día que nos maquilló vi al personaje, aunque ya lo teníamos muy trabajado con José Carlos previamente. Tanto el trabajo de Juan Pedro Hernández como el de Pedro Moreno en el vestuario nos ayuda mucho.

P.: ¿Qué claves le dio José Carlos Plaza para interpretar a Strindberg en La noche de las tríbadas?

J.T.: Pues después de estudiar mucho sobre la vida del escritor él intentó organizar todos esos datos e ir indicando dónde tenía que ir metiendo esa información a lo largo del texto de la obra. Yo tenía tenía mucha información y José Carlos me tranquilizó diciéndome que íbamos a ir introduciendo en partes concretas las claves de Strindberg. Él te lleva de la mano y te organiza en la cabeza la estructura de la obra.

P.: Centrándonos ahora en otros trabajos recientes, esta vez en la faceta de ayudante de dirección de José Carlos Plaza, Los diamantes de la corona está teniendo un gran éxito...

J.T.: La verdad es que sí. Es una obra muy especial para mí porque fue mi primera experiencia como actor con José Carlos, en el año 2011. Interpretaba a un criado y para la gira él me pidió que le echase una mano y ahí comencé a trabajar como ayudante de dirección con él.

P.: Por lo que tengo entendido, en ese montaje Pedro Moreno hace otra maravilla porque pintó trajes de época...

J.T.: Concretamente pintados a mano, eran trajes de stock antiguos y los trajes, tras el trabajo que él ha hecho son auténticas joyas. Hay fotos del coro donde la gente se queda asombrada. Acabamos de estar en Oviedo y Pedro Moreno ha vuelto a retocarlos. Con la escenografía pasa lo mismo porque también son telones pintados. También es maravillosa la iluminación de Pedro Yagüe y de Francisco Leal.
Una hermosa imagen de Los diamantes de la corona*
P.: La respuesta del público tengo entendido que es maravillosa...

J.T.: Al público le gusta mucho porque es un cuento en verso, con princesas, bandoleros, y todo por la corona de Portugal. El público entra un poco sin saber lo que se van a encontrar y sale encantado. Es una obra que, además, musicalmente es preciosa. Todos los cantantes  están impresionantes y hacen un fascinante trabajo con el verso.

P.: También ha sido ayudante de dirección en las tres últimas tragedias que Plaza ha dirigido para el Festival de Mérida, si contamos la inminente Medea ¿Qué destacaría de la manera que él tiene de tratar este género?

J.T.: Las trata por igual pero al mismo tiempo de manera diferente. Él se basa en el texto. En el caso de Electra y Medea la dramaturgia es de Vicente Molina Foix. Para Medea él ha extraído elementos de varios autores que han tratado esa tragedia y ha hecho una maravilla. Y José Carlos saca las obras a partir de todo lo que el texto cuenta, metiendo emociones, y nunca se va del texto. En el caso de Medea cuenta una historia tremenda pero no tanto desde la pasión sino más bien desde la filosofía. Trata con mucho mimo a los personajes, que son muy diferentes y se van uniendo haciendo que sea una verdadera tragedia.  

P.: Quisiera que explicase a los lectores en qué consiste su trabajo de ayudante de dirección...

J.T.: Mi labor consiste en la organización de los ensayos, los veo con José Carlos y hablamos de cómo vemos que van yendo. Opino acerca de cómo podemos ayudar a los actores o qué veo tećnicamente que ese bien o mal. Organizo los equipos lo más posible para que José Carlos esté cómodo y tenga un mayor espacio creativo sin que tenga que preocuparse de cuestiones técnicas. Para mí es cómodo y me sirve para aprender porque ver dirigir a un maestro siempre me impresiona y me es muy útil. Con Los diamantes de la corona y El gato montés él me ha dado la oportunidad de ir solo a las ciudades donde se representaban y dirigir yo solo, moviendo a sesenta personas del coro y dando indicaciones a los actores. Es un lujo y he aprendido mucho.

P.: Sus inicios están muy vinculados a Viento Sur Teatro...

J.T.: Sí, empecé a trabajar en las obras que montaban y tanto Maite como Jorge Cuadrelli me han tratado siempre muy bien. Siempre me ayudaron mucho, al igual que Antonio Reina, un director sevillano que también me ayudó. Luego pasé a Escénica que José Carlos Plaza dirigía en esos momentos y di un salto porque di unos cursos maravillosos con profesionales del teatro como el propio José Carlos, con Fernando Sansegundo, Miguel Narros, Miguel Hermoso. Siempre digo que el primer curso que di con Narros fue pura magia, era un niño al que le gustaba jugar y disfrutabas mucho. José Carlos siempre habla maravillas de él. Son personas con otra visión y tenemos la suerte de tener a José Carlos entre nosotros porque él, Narros y William Layton dieron otra dimensión al teatro.

P.: También fue ayudante de dirección en Una nueva mujer con dos personas a las que aprecio mucho: Valery Tellechea y José Pedro Carrión...

J.P.: A ambos los conocí en Escénica. José Pedro es otro de mis maestros y Valery me dijo que iba a dirigir su primer montaje teatral y me ofreció ser su ayudante de dirección. Ahí Zaira Montes estaba fantástica haciendo un monólogo precioso. José Pedro y Valery son maravillosos.

P.: Precisamente José Pedro Carrión estaba en Hécuba, en la que usted estuvo también trabajando como ayudante de dirección. Cuando lo entrevisté a él y a Juan Gea me comentaron que esa obra cobró la dimensión de acontecimiento...

J.P.: Yo estoy de acuerdo con esa afirmación porque cuando la preparábamos sabíamos que contábamos con unos grandes profesionales pero el estreno en Mérida fue grandioso, viendo a Concha Velasco, que es un animal en escena, con esa escena final echándose la tierra por la cabeza. Pocas cosas he visto en teatro así, porque se entregó absolutamente. Mérida es que es un sitio mágico y precioso y los recuerdos que tengo de allí son fantásticos. Y José Carlos Plaza sabe sacarle mucho partido a ese escenario.

*Fotos cedidas por Jorge Torres para esta entrevista

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