viernes, 19 de julio de 2013

Juan Pedro Hernández: "Es más fácil hacer al monstruo de Frankenstein porque no se puede comparar con nada real"

Juan Pedro Hernández, nacido en Carrascal del Río (Segovia) en 1946, es uno de los maquilladores y caracterizadores de referencia en el cine, el teatro y la televisión de este país.Numerosos artistas se han puesto en sus manos confiando en su indiscutible calidad profesional, como Ana Belén, Isabel Pantoja, Concha Velasco, Victoria Abril, Ángela Molina  y un largo etcétera que incluye a actrices internacionales como Jodie Foster o Gwyneth Paltrow.

Curtido en la televisión desde los años 70, dio el salto al cine a mediados de los 80 trabajando con directores de la talla de Pedro Almodóvar (en La ley del deseo, Carne Trémula o Todo sobre mi madre), Vicente Aranda (en La pasión turca o Libertarias), Fernando Trueba (en El año de las luces y Sé infiel y no mires con quién), Mario Camus (en La Casa de Bernarda Alba), Pilar Miró (en Beltenebros o El perro del hortelano), Fernando Colomo (en Bajarse al moro) o José Luis Gª Sánchez (en La corte del faraón, Divinas palabras o El vuelo de la paloma).
Con Juan Pedro Hernández tras la entrevista. Alejandro Reche Selas
Participó en el recordado musical Jesucristo Superstar que encabezaron Camilo Sesto y Ángela Carrasco y su labor en teatro incluye montajes con directores como Miguel Narros o José Carlos Plaza.

Asentado en Sevilla desde hace siete años, ha sido el responsable del maquillaje en el desfile de la Exposición de las Santas de Zurbarán y del espectáculo que ofreció Eva Yerbabuena a la vez que continúa impartiendo clases de maquillaje en el Teatro Quintero como hiciera en Estudio 24, la escuela que tenía en Madrid.

El último ejemplo de su genialidad se verá el próximo 1 de agosto cuando se estrene en el Festival de Mérida, Hécuba de Eurípides, obra dirigida por José Carlos Plaza y en donde se encarga de caracterizar a Concha Velasco, José Pedro Carrión, Juan Gea, María Isasi, Pilar Bayona o Luis Rallo.
Cartel de Hécuba
Con la sencillez que caracteriza a los grandes, Juan Pedro Hernández concedió una entrevista para el recuerdo a El Rinconcillo de Reche donde habla de este último proyecto teatral y de aspectos destacados en su carrera que incluyen dos series míticas de Televisión Española, teatro, películas esenciales en la historia del cine español y profesionales con los que ha trabajado, la mayoría citados arriba, para los que Hernández sólo tiene palabras de elogio

Pregunta: ¿Qué tiene de especial el maquillaje de Hécuba en comparación con otros que ha realizado?

Juan Pedro Hernández: Esta función tiene un maquillaje específico. Mérida es un escenario maravilloso pero tiene tal grandiosidad que al actor hay que ayudarle. Entonces el vestuario tiene una estética y el maquillaje corresponde también a lo que el director tiene en la cabeza. En este caso se trata de una mujer pálida, casi como una calavera. Se va a mostrar vejez pero todo a base de sombras, no va a ser un maquillaje realista sino pensando en las connotaciones  griegas.

Pregunta: En esta producción vuelve a trabajar con profesionales con los que usted ya ha trabajado en varias ocasiones... 

J.P.H.: Sí, con Concha Velasco hice Teresa de Jesús, La rosa tatuada de Tennesee Williams en teatro dirigida, como Hécuba, por José Carlos Plaza, todas las presentaciones que hacía de fin de año en Televisión Española y muchas más cosas. Con José Pedro Carrión, al que recuerdo al principio de su carrera en Las galas del difunto y La hija del capitán de Valle Incĺán haciendo un papel corto y a partir de ahí siguió hasta ser el actorazo que en que se ha convertido. También trabajé con él en El mercader de Venecia de William Shakespeare junto a Ana Belén dirigida también por Plaza, con quienes el año pasado hice Electra, que sólo se vio en el Festival de Mérida (En 2007 trabajó con ambos en Fedra, que pudo verse en Sevilla, en el Teatro Lope de Vega).
Ana Belén y Fran Perea en Electra
Durante la conversación dijo una frase que encierra una verdad como un templo sobre su profesión:

J.P.H.: Es más fácil hacer el monstruo de Frankenstein que a Teresa de Jesús porque a Frankenstein no lo puedes comparar con nada real, tampoco E.T. transmite nada por sí solo. El director es el que hace posible que un ser horroroso te transmita pena y empatices con él. No se puede decir que E.T. está perfecto porque tampoco puede compararse con nada, es una idealización de los extraterrestres.

A partir de aquí comienza un viaje al pasado que se inicia con la serie Fortunata y Jacinta (Mario Camus, 1980) y de la que le enseño un par de DVDs:

J.P.H.: Para mí fue un trabajo muy importante a todos los niveles. Era un tiempo en el que, al haber sólo un canal, se veía todo lo que se hacía. Era una producción seria, con un presupuesto importante para esa época. Rafael Palmero se encargó de los decorados, Javier Artiñano del vestuario, que era maravilloso, y el reparto era espectacular, todos estaban espléndidos y el rodaje duró ocho meses. 

Yo había trabajado previamente con Mario Camus en la película Con el viento solano como ayudante de Julipi, el mejor maquillador de esa época. Se me ofreció hacer la película de Fortunata y Jacinta que protagonizó Emma Penella pero dije que no porque ya tenía trabajo fijo en televisión, lo que para mí fue una auténtica escuela porque lo mismo maquillaba a un presentador de una gala que a un político o a un actor en una novela de época. Con pena no hice esa película pero luego tuve la suerte de hacer la serie.
Maribel Martín y Ana Belén en un descanso del rodaje
Se trabajó siguiendo la estética de aquellos años y, cuando una imagen es completa en luz, en vestuario, en maquillaje etc, cuando se integra el resultado es magnífico. Como ocurría con las películas históricas de los años 20 y 30 que tienen los tintes de aquellos años. 

En el reparto estaba Mari Carrillo, Berta Riaza, todos impresionantes, como Mario Pardo, y quiero destacar el capítulo en el que interviene Fernando Fernán Gómez, que, por si solo, es una película. Lo que se dice ahí, dicho por un hombre, está muy bien.

El siguiente recuerdo es la serie, ya mencionada, Teresa de Jesús (Josefina Molina, 1984):

J.P.H.: Yo seguía trabajando en televisión y cuando se plantea hacer esta serie, Josefina Molina, con quien yo ya había trabajado en una serie titulada Los Libros, me llamó y quería que el maquillaje lo hiciera Julipi y yo volvería a ser su ayudante, pero por cuestiones sindicales no pudo ser y lo hice yo. Era la primera vez que yo hacía un envejecimiento y le dije a Josefina Molina "Si me das una doble de Concha yo voy haciendo lo que pueda de vejez, cuando me digas que sí, la hago", porque no quería hacerlo mal, y me trajo a una señora que durante unas semanas estuve haciendo las pruebas de los plásticos con las arrugas y tal, que era la parte más delicada. Quedó muy bien. Estoy encantado de haberla hecho.
Concha Velasco tras la caracterización de Hernández
Concha Velasco hizo un trabajo espectacular, tiraba del carro totalmente porque se centraba en su personaje. Una cosa importante que me dijo Josefina Molina fue que la historia abarcaba desde los dieciocho a los setenta años, cincuenta y dos años de vida. Y Concha tenía la edad ideal, porque ya había cumplido los cuarenta con lo cual, en los primeros episodios de juventud del personaje con una cosa que yo le aplicaba suave era suficiente, luego era su edad y a partir de los cuarenta y ocho ya se le aplicaban las arrugas pero Josefina Molina me pidió que no fuera mucho para que no se viera como una máscara. Había una gran veracidad en el resultado. 

Hubo una anécdota curiosa y es que, como se lleva más tiempo en la serie de mayor que de joven, el plástico que se le ponía para las arrugas cuando se lleva mucho tiempo no es cómodo y al quitárselo, las arrugas se quedaban marcadas un tiempo y en el rodaje había señoras que comentaban "Hay que ver qué mayor está Concha", yo les decía que era el maquillaje y me respondían: "A pesar del maquillaje" porque no sabían lo del plástico para las arrugas.

Aparte, Concha tenía una capacidad para transformarse porque hacía un gesto y la vejez le aparecía en el gesto de la cara y lo potenciaba todo.

El último recuerdo es un programa de la obra de teatro El perro del hortelano de Lope de Vega que Pilar Miró llevó al cine en 1996 y por cuyo trabajo Juan Pedro Hernández obtuvo un Goya:

J.P.H.: Yo recuerdo que seguía trabajando en televisión, ya había abierto la escuela de Estudio 24 y empiezo a trabajar en desfiles con Loewe, Pedro del Hierro... y Pilar Miró me animó a que saltara al cine. Resultó que me llamaron para hacer La corte del faraón (José Luis Gª Sánchez, 1985), y decido pedir empleo y sueldo durante dos meses para hacer la película. Pero a su vez Pedro Almodóvar me pidió que le hiciera una prueba a Eva Cobo para Matador (1986) y me ofreció hacer la película. Al mismo tiempo Fernando Trueba me llama para hacer Ser infiel y no mires con quién (1985) con Ana Belén y Carmen Maura, y entonces fui a televisión para pedir excedencia y me salgo de la televisión. 

Estoy dedicado al cine y Pilar Miró me llamó para El perro del hortelano. Yo con Pilar ya había trabajado en Beltenebros (1991). Cuando propone hacer esta película nos pareció algo arriesgado porque era en verso y cuando empezamos a verlo fue algo maravilloso. Antes de ganar el Goya yo ya había estado diez u once veces nominado.
Emma Suárez maquillada por Juan Pedro Hernández en este filme
Esta película no estaría bien si se pretendía ser fiel a la época. Pilar me pidió que le diera al maquillaje de época connotaciones actuales. Con el vestuario pasaba lo mismo y ella quería que se viera una época pero idealizada. Cuando era un traje malva me pedía que pusiera una sombra malva en los ojos.  Estaba bien porque entraba dentro de la estética que ella tenía pensada.

Los actores estaban estupendos (Emma Suárez, Blanca Portillo, que era de sus primeros papeles en cine) pero hay un trabajo que aparece en los rótulos y a lo mejor la gente no se da cuenta y es el de Alicia Hermida, la persona elegida por Pilar para preparar a los actores para el verso, ya que había actores jóvenes que no lo habían hecho nunca y todo está muy bien dicho.

A continuación le nombré a una serie de personas para que destacara algo de ellas y Ana Belén ocupa un lugar importante diciendo lo siguiente:

J.P.H.: Ana Belén es como familia mía. La conozco en televisión cuando ella está haciendo La pequeña Dorrit (1970) dirigida por Pilar Miró. No la maquillo ahí pero ya empiezo a colaborar con ella en cosas por el TEI (Teatro Estable Intependiente) que dirigía William Layton y donde ella era alumna, donde estaban José Carlos Plaza,Miguel Narros y José Pedro Carrión.
Ana Belén ha sido maquillada por Hernández desde muy joven
A partir de entonces Ana empieza a grabar música y yo la maquillo para portadas, programas de Iñigo, actuaciones musicales y espacios dramáticos. Es una actriz y una cantante como la copa de un pino. Hay actrices como ella y otras muchas que sacan algo de dentro inundando de realidad el plató o el escenario.

Una segunda persona destacada por el maquillador es Isabel Pantoja de la que dice lo siguiente:

J.P.H.: La cogí con diecisiete años cuando hacía televisión y sigo maquillándola en la actualidad. Yo la maquillé para su primera actuación en el Teatro Álvarez Quintero, las galas en Cleofás o las películas que hizo. 
Isabel Pantoja, a quien Juan Pedro Hernández ha maquillado siempre
Juan Pedro Hernández también tiene palabras amables para las siguientes personas:

a) Victoria Abril: Es una actriz que se come la cámara. Trabajé ya con ella en el Un, dos, tres y luego en la película El Lute: Camina o revienta (Vicente Aranda, 1987), donde ella tiene un papel corto pero se lo come. Es una actriz muy intuitiva. Yo pienso que sus personajes, aunque no sean fuertes sobre el guión, ella los convierte en fuertes. También hice con ella Atamé (Pedro Almodóvar, 1990) y Libertarias (Vicente Aranda, 1996).
Victoria Abril en El Lute (1987) maquillada por Hernández
Sobre esta última película Hernández hace el siguiente inciso al yo preguntarle por la impactante escena final donde "matan" a las protagonistas:

J.P.H.: Cuando hice El Lute, donde hay una escena de tortura a Imanol Arias, Vicente Aranda me dijo que era la primera vez que pedía una herida y le hacían lo justo. Para la sangre hay que tener un límite y la escena de Libertarias es muy fuerte pero está en el tono justo. De esa película sí te puedo hablar de errores que cometí y que asumo: Considero que me guié mucho por fotos de la época y me di luego cuenta de que las personas retratadas, a pesar de la época, se arreglaban porque iban a hacerles una foto.
Libertarias, otra colaboración de Juan Pedro Hernández con Aranda
Eran fotos en el frente pero con la gente arreglada y creo que los peinados y el maquillaje debían haber sido más descuidados con más suciedad sobre todo en las escenas de guerra. Era la época donde ya se buscaba un cine más realista y a mí perseguía la fama de que ponía  muy guapas a las mujeres, pero eso no es excusa.

b) Vicente Aranda: Es un director con una forma de trabajar "callada". No da tantas indicaciones. Él lo madura con los actores y lleva muy claro el proyecto y es un gran director de actores.

c) Pilar Miró: Lo primero que hice con ella fue Eugenia de Montijo  con Ana María Vidal. Era una mujer con un carácter fuerte pero entrañable y lo puedo decir porque llegué a conocerla de verdad. La he querido muchísimo. Cuando la conocías de verdad era de una gran ternura.

Con respecto a otras actrices Hernández dice lo siguiente:

J.P.H.: He colaborado mucho con otras actrices como Lola Herrera, Maryata O'Wisiedo, Ángela Molina (trabajó con ella en Carne Trémula de Pedro Almodóvar en 1997) que me fascina hoy, por lo mucho que transmite con la cara, aparte de que como persona es un pedazo de pan.    
Angela Molina en Carne Trémula de Pedro Almodóvar
P: Aparte de los trabajos mencionados ¿hay alguno más del que usted se sienta orgulloso?  

J.P.H.: Para mí trabajar con Pedro Almodóvar fue algo muy importante, La ley del deseo (1987) es una genialidad. Para mí es la película que a Pedro le abre las puertas internacionales. Allí estaban genios como Carmen Maura, Eusebio Poncela, al que yo considero un gran actor con una manera especial y que destaca, siempre con un físico interesante.
La ley del deseo, 2º filme de Hernández con Almodóvar
Hay un plano en el que trabajé que personalmente me fascina: Ana Belén en La corte del faraón. Cuando canta con un traje naranja, es impresionante. Es un plano cinematográfico de estrella que ahora no se hacen pero sí en esa época. Se ambienta en un tiempo en el que los teatros no estaban tan iluminados, pero a veces hay que saltarse las convenciones.
Yo también destacaría una película francesa de época que rodé con Sophie Marceau y Lambert Wilson titulada  Marquise (Vera Belmont, 1997) que trata sobre la figura de Moliére. Con una buenísima caracterización.

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