domingo, 28 de julio de 2013

Adamantium japonés

                            CRÍTICA DE LOBEZNO INMORTAL

De todos los mutantes de los X-Men, Lobezno es, sin duda, el más carismático, algo que ya se dejaba entrever desde la famosa serie de dibujos animados creada en los 90. Para la traslación al cine con actores de carne y hueso en el año 2000 a cargo de Bryan Singer se eligió al australiano Hugh Jackman, que se convirtió desde entonces en un actor de referencia en el cine actual. Jackman ha encarnado al mutante indestructible en todas las películas de la saga y ahora, con Lobezno Inmortal nos llega la segunda película centrada exclusivamente en él tras X Men Orígenes: Lobezno (Gavin Hood, 2009)
Lobezno Inmortal se basa en los comics sobre dicho mutante publicados en 1982 y, como espectáculo cinematográfico cumple pero no con la contundencia esperada. La aventura japonesa de Logan/Lobezno tiene la virtud de ir subiendo de intensidad a medida que el metraje avanza pero tiene un inicio algo desconcertante por varios motivos que se focaliza en un guión algo endeble en el planteamiento.

El motivo por el que Lobezno viaja a Japón y el berenjenal en el que se ve metido tiene unos minutos de: ¿Qué hace este aquí?. Son circunstancias argumentales referidas al pasado del personaje pero que establece una primera parte algo desconcertante con Lobezno sufriendo por la muerte de Jean Grey (de sus apariciones mejor no hablo) y requerido por el adamantium que cubre el interior de su cuerpo en el país del sol naciente donde vivirá una fugaz historia de amor con, atención al nombre,la joven Mariko.
Mariko y Lobezno...entre ellos surgirá el amor
Entre medias encontramos personajes y situaciones que son de traca: la joven Yukio (Rila Fukushima), encargada de llevar a Japón a Logan, parece sacada directamente de un comic manga y la villana de la función, la mutante Viper (Svetlana Khodchenkova) juego un papel importante en lo que se refiere a la inmortalidad de Lobezno, pero digámoslo suavemente, para la lata que da el final del personaje sabe a poco.
Lobezno a merced de Viper (literalmente una víbora)
Otro error en Lobezno Inmortal es la elección del director: James Mangold demuestra no tener el pulso suficiente para llevar las riendas de una película donde las escenas de acción están algo descontroladas en su planificación (marean incluso). En mi opinión al director de las estupendas Inocencia interrumpida (1999), Identidad (2003) o En la cuerda floja (2005) esta película le ha venido algo grande.

Capítulo aparte merece Hugh Jackman que parece que ya interpreta al personaje con absoluta convicción y naturalidad. Llama la atención  el aspecto que presenta al comienzo de la película, algo parecido a un guiño al aspecto del Jean Valjean encarcelado que él encarnó magistralmente en Los Miserables (Tom Hooper, 2012).

Luego el guión está plagado de situaciones para que Jackman muestre su musculado cuerpo, más trabajado que en los filmes anteriores, exudando testosterona y el actor, además, tiene los recursos suficientes para mostrar las características animales, incluso en la expresión facial, del personaje.

Lobezno sigue estando en forma
Lobezno Inmortal se deja ver aunque podía haber dado más de sí, y sirve para completar las ansias de dosis mutante de los seguidores, algo que se ve reforzado por dos viejos conocidos de la saga que aparecen tras los primeros créditos finales (por lo que recomiendo no levantarse de la butaca inmediatamente) para anunciar lo que se supone que es lo que se desarrollará en X Men: Days of the Future Past, en pleno rodaje, de nuevo con Singer en la dirección y con una reunión mutante para quitar el hipo, pero para eso habrá que esperar un tiempo.      

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