martes, 4 de junio de 2013

Valery Tellechea: "'La douleur' es una obra muy rica en matices"

Valery Tellechea es un torrente de energía y talento proveniente de la hermosa isla de Lanzarote. Se formó como actriz en el mítico Laboratorio William Layton y posteriormente se empapó de sabiduría en cursos con profesionales de la talla de Will Keen, Natalia Menéndez, Andrés Lima, Arnold Taraborrelli o John Strasberg. En la actualidad es una artista con una gran inquietud, montando espectáculos con la complicidad de José Pedro Carrión, con el que comparte escenario y vida. Ambos actuaron recientemente en Júbilo Terminal que Carrión también dirigía, junto a Juanjo Castejón, y en la actualidad Valery Tellechea, dirigida de nuevo por Carrión, y Juan Caño, está recorriendo diversas salas madrileñas con  La douleur, un intenso monólogo basado en un diario personal de la escritora Marguerite Duras, la autora de El amante
La actriz canaria Valery Tellechea
La obra, estrenada en Garaje Lumière en mayo y que ha estado en el Teatro Guindalera, estará todos los jueves de junio en la Sala Tú, de nuevo en Garaje Lumière los viernes 7, 14 y 21 de este mes y el viernes 28 y el sábado 29 en la Sala Mirador, aunque también podrá verse en otras ciudades ya que hay conversaciones con Sevilla, Jaén y Zaragoza. Todo sea para disfrutar de una interpretación que está entusiasmando al público que ya la ha visto. Todo gracias a las habilidades interpretativas de Valery Tellechea, que concedió una entrevista a este blog con el entusiasmo que ya es en ella una seña de identidad.   

Pregunta: ¿Cómo llega a este texto de Marguerite Duras?

Valery Tellechea: Fue de la siguiente manera. Natalia Menéndez llamó a José Pedro Carrión para sustituir al compañero Pepe Sancho, que en paz descanse, en La amante inglesa, de Duras. Entonces, el día del estreno, Juan Caño Arecha, amigo y gran autor, versionista y dramaturgo vino a ver la función. Luego, en las charlas posteriores a la representación, me cuenta que tiene un texto de esa misma autora para una actriz pero no ha conseguido ni producción ni actriz. Me pasó el texto y al día siguiente me lo leí y le dije que si la oferta seguía en pie yo tiraba para delante. Y así ha sido: sin producción ni distribución. Yo les dije a Juan Caño y a José Pedro: "Ustedes están acostumbrados a hacer las cosas de una manera: la producción, el dinero y después se hacen las cosas. Yo vengo de otro mundo donde se empieza sin nada y luego, si hay suerte, cae algo". Enrique Salaberría Nos consiguió una sala de ensayos en el Centro Cultural Galileo durante mes y medio y todo nuestro equipo ha colaborado muy generosamente y así lo hemos ido sacando adelante.

P: Como actriz, acostumbrada a dar la réplica a un actor ¿qué supone para usted interpretar un monólogo como es La douleur?

V.T.: Es la primera vez que interpreto un monólogo. Como dice, estamos acostumbrados a actuar con otro y  en este caso ese otro está, en mi imaginación, yo misma y el público. Para el teatro se requiere un gran nivel de concentración pero a mí esta obra me absorbe totalmente porque estoy sola entonces la provocación tiene que venir de mi propio pensamiento, de la propia situación que propone la obra, que es bastante rica en matices, entonces el texto ayuda bastante.
Valery Tellechea en La douleurHiguera/Vegap
P: La obra propone una situación intensa y muy particular vivida por una mujer...

V.T.: Claro, es que, además, nos encontramos con la dificultad de que el texto es un diario personal, son palabras y pensamientos que escribe una mujer y nosotros le damos vida. No se describe, se dice. Estamos teniendo muy en cuenta el huir de la narrativa para hacer revivir el momento, que las cosas que se cuentan vuelvan a brotar, llegar a la acción y no quedarnos en la narración. Es algo escrito para desahogarse y lo hemos tenido que ver desde un punto de vista dramático, buscando el conflicto interior de la situación y levantar muchos momentos que están narrados pero hacer que revivan.

P: El diario, según la autora, se lo encontró y ella afirmó que no se acordaba de  haberlo escrito ¿usted particularmente se cree eso?

V.T.: Yo sí me lo creo. Además, yo siempre he tenido un diario y lo uso en la obra, en lugar de comprar uno. Y el otro día, después de trabajar durante un tiempo con el diario pero sin haberlo releído estaba con uno de mis mejores amigos y le leí un fragmento. La mayoría de las cosas que están escritas en mi diario no las recordaba. Entonces yo he optado por creerme a Marguerite Duras.

P: ¿Hay alguna razón por la que se ha mantenido el título en francés y no se ha traducido por El Dolor?

V.T.: Es un tema de debate en la compañía entre Juan, José Pedro y yo. Un día, habiendo recibido el libreto con el título traducido y entre paréntesis en francés, dije que me resultaba curioso que el dolor en francés es una palabra en femenino. Además era un texto escrito por una mujer que la iba a interpretar otra mujer y en francés el dolor es femenino. Aparte, "El Dolor" suena un poco  duro mientras que "La douleur" suena a otra cosa. 

P: Conocemos lo genial que es José Pedro Carrión como actor pero ¿cómo es en la faceta de director?

V.T: Voy a citar textualmente una frase suya: "Yo no dirijo". En realidad sí dirige. Tanto él como Juan Caño, que también ha colaborado en la dirección, porque decidimos hacerlo en equipo, han contado con mi propia visión de la obra, respetando mucho cosas que yo decía, sentía o intuía. José Pedro es un hombre que basa su trabajo en la dirección en su experiencia como actor y entonces la ayuda es increíble porque él se sube al escenario y sabe darte las herramientas, en este caso unas herramientas básicas para mí, saber qué vivo y pienso en cada momento, el desarrollo de la imaginación. Él pregunta qué quieres hacer y él te ayuda a hacerlo porque su visión como director es que el actor es un creador y el director está ahí para ayudarle a sacar lo que quiere, no decirle lo que tiene que hacer. Los dos me han tratado como a una reina, hemos ensayado sin saber a veces que lo estamos haciendo y es de agradecer cuando se trata de un texto como éste. La sensación era de despacito, despacito y yo soy canaria y entonces esa calma me va bien.

P: En el equipo se encuentra Elisa Sanz en el vestuario (con trabajos soberbios en Todos eran mis hijos o La Avería) ¿qué destacaría de su labor en este montaje?

V.T.: Es una mujer como la copa de un pino. José Pedro trabajó con ella en Una luna para los desdichados que dirigió John Strasberg donde ella hacía la escenografía y creo que el vestuario. Cuando nos embarcamos en La douleur contactamos con ella y aceptó inmediatamente. Tiene un ojo clínico increíble. Con la ropa que hizo, cuando me la puse pensé "Bueno, ya no tengo que trabajar". Una gran profesional. No tengo palabras. Rápida, aficaz, operativa, con mucha energía. Es un gusto trabajar con ella porque te ve y ya te hace la radiografía. De las cosas que me ha traído no se ha tenido que arreglar nada de talla.

P: Echando la vista atrás, usted participa en varias obras destacadas como Cyrano de Bergerac de Rostand en el 2007 con dirección de John Strasberg junto a José Pedro Carrión y Cristóbal Suárez ¿es una obra especial para usted?

V.T.: La verdad es que sí, por muchas razones. Se juntaron varios factores personales, profesionales y fue muy grato. La primera temporada que hizo gira yo era técnico de la compañía y al llegar al Teatro Español yo sustituí a Paloma Rojas. De las ciento diecisiete funciones yo hice entre cincuenta y sesenta. Fue muy especial, porque además José Pedro llevaba veinte años queriendo hacer esa función, la productora Concha Busto accedió, la dirigió un director al que admiras como es John Strasberg...Y para mí fue también especial por otro motivo: yo estuve trabajando en la cafetería del Teatro Español hace años, luego estuve allí de técnico y luego la sustitución la hice en el Español, por lo cual pensaba: "Este Teatro me trae suerte".

Yo, por otro lado, no sé si volveré a hacer una gira de esa categoría, porque fue una señora gira, donde estás un tiempo fuera de tu casa, pisas teatros que no sabes si volverás a pisar. Eso está ahora en mi recámara. Además Lucía Quintana, la actriz protagonista, grabó toda la gira y al final nos regaló un montaje al que llamó Extras con todas las anécdotas. Lo vimos todos juntos y llorábamos diciendo "Pero ¿por qué se ha acabado?".

P: Luego participa en Timón de Atenas de William Shakespeare que se representó en el Festival de Mérida en 2008. Supongo que representar una obra en ese escenario también debe ser algo especial ¿no?

V.T.: De esa función lo primero que quiero destacar es a su director , Joaquim Benite, que falleció hace unos meses. Es un hombre al que le debo no sólo esa experiencia de actuar en Mérida, que yo creo que para un actor es el regalito, la perlita, sino también una influencia en mi trayectoria. Porque Joaquim Benite es la persona que llama a José Pedro para participar en el Festival de Almada que él dirigía pidiendo un espectáculo que ya no estaba en cartel pero él le dijo: "Val y yo podemos hacer algo y de ahí salió Júbilo Terminal que la estrenamos en ese Festival. Se da además la circunstancia de que desde que Joaquim Benite hizo esa petición  yo no he parado de crear mis espectáculos. El año pasado protagonicé y dirigí Una nueva mujer y ahora La douleur. Él me hizo ver que yo podía por mí misma sacar un espectáculo adelante. De hecho en dos años he hecho tres espectáculos.

A ese hombre, esté donde esté, le tengo que agradecer el haber pulsado en mí un interruptor. Era un gusto oírlo y fue una pura casualidad el estar en Timón de Atenas, porque yo fui a ver unos ensayos de la obra y Joaquim llevaba tiempo diciendo que un personaje que era un travesti quería que lo hiciese no un travesti sino una mujer. En el ensayo que yo estaba viendo me preguntó si yo era actriz, le dije que sí y, según me cuentan los de producción de Mérida apareció diciendo que tenía a la mujer que buscaba. Me propuso el papel, cuando mi plan inicial era irme al día siguiente, y me dijo "Toma el texto y sube al escenario". José Pedro no daba crédito. 

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