viernes, 8 de junio de 2012

Charo López: "La mayoría de los seres humanos tenemos secretos que no compartimos con nadie"

Tiene una mirada penetrante que sigue intacta desde que deslumbrara con su belleza en el cine a finales de los 60, en una carrera que incluye trabajos con directores como Gonzalo Suárez, Mario Camus, Montxo Armendáriz, Pedro Almodóvar y un largo etc, además de ser un rostro habitual en la televisión, con numerosos trabajos en los espacios dramáticos de TVE como Estudio 1(Muerte de un viajante, La zorra y las uvas, Maribel y la extraña familia...), Novela o Cuentos y leyendas, además de varias series con las que despuntó en los años 70 y 80.  La actriz Charo López mantiene ese poder de atracción enigmático que le ha sido característico a lo largo de su carrera, además de ser divertida y ocurrente.

Todo esto lo pude comprobar durante la presentación en el Teatro Lope de Vega de Sevilla de la obra Carcajada salvaje de Christopher Durang, que permanecerá en cartel hasta el domingo. Se da la circunstancia de esta obra había sido ya representada en 1994 por la actriz, dirigida, como en aquella ocasión por Josep Costa y con Javier Gurruchaga esta vez como compañero en escena. Este es otro ejemplo de la calidad interpretativa de Charo López en el teatro, ya sobradamente demostrada en obras como Tengamos el sexo en paz o Hay que deshacer la casa. De Carcajada salvaje, que tiene como punto de partida un incidente en un supermercado por una lata de atún, y de algunos hitos de su brillante carrera, la actriz salmantina habló para este blog. 
Un momento de la entrevista con Charo López       Paula Linero

Pregunta: ¿Cree que el espectador puede identificarse con lo que va a ver sobre el escenario?

Charo López: Según los grandes psicoanalistas de la historia, incluido Freud, perfectamente equilibrado no hay nadie. Todos tenemos conflictos, obstáculos, para vivir, para ser completamente felices, lo cual es imposible, porque todos sabemos que la vida es algo muy duro de vivir. Luego hay personas que tienen más capacidad para vivir bien y otras menos. Además, siempre que haya dos seres humanos que lo que hacen es desnudar su alma y su cuerpo de problemas, de la intoxicación de la vida diaria, estarán curándose. Y los que los están escuchando, también sentirán de alguna manera que no están tan solos, que en el ámbito que nos rodea todos tenemos problemas, algunos muy gordos además, que, en estos momentos de los que se me ocurren ahora son los desahucios, por poner un ejemplo. Hay una cantidad enorme de problemas que tiene el ser humano, algunos de los cuales están relacionados con nuestra intimidad. Muchos los podemos  confesar y compartir y otros no. La mayoría de los seres humanos tenemos secretos que no compartimos con nadie, incluso situaciones de la vida diaria y cómo las cuentas y cómo las vives que se quedan para uno.

A continuación realizo con la actriz un viaje al pasado, como estoy haciendo habitualmente, con objetos relacionados con algunos trabajos destacados de su carrera. Sus declaraciones no tienen desperdicio.
Tres destacados trabajos de Charo López                          Alejandro Reche

El primer objeto que le enseño es el programa de la obra teatral Los puentes de Madison, cuya adaptación hizo precisamente Josep Costa, que representó en 2002 en el Teatro en el que nos hallamos junto a Héctor Colomé dirigidos por Miguel Narros. Esta obra dio lugar a dos preguntas:

P: Usted representó en Argentina Una jornada particular (junto a José Sacristán, dirigidos por Carlos Gandolfo en 1987 retomando los personajes de Sophia Loren y Marcello Mastroianni en el filme de Ettore Scola de 1977) ¿Cree que esta obra es la base de Los puentes de Madison (que popularizaron Clint Eastwood y Meryl Streep en el filme de 1995), ya que el personaje femenino tiene nombre italiano, Francesca y plantea una situación similar, aunque el contexto y la ubicación sean muy diferentes?

CH.L.: Con respecto a la situación, en Los Puentes de Madison, el personaje es una mujer que se queda sola y que conoce a un hombre con el que se queda fascinada porque lleva toda la vida viviendo con el mismo hombre y la rutina se apodera de sus vidas y en Una jornada particular, es una obra también de este género. Es una mujer que se queda sola porque todos se van al desfile de Mussolini, se le escapa un pájaro y conoce a un hombre, que es homosexual. La impotencia de ella es que tiene miedo a dejar al marido, pero está profundamente enamorada.

P: En Los puentes de Madison volvió a trabajar con Miguel Narros, con el que ha trabajado en varias ocasiones como en El condenado por desconfiado de Tirso de Molina ¿Qué destacaría de uno de los históricos directores de escena en activo?

CH.L.: Con Miguel Narros también hice La Paz de Aristófanes, La marquesa Rosalinda de Valle Inclán o ¿Trae usted su llave? de Juan José Alonso Millán (todas ellas entre finales de los 60 y comienzos de los 70). Narros tiene esa sabiduría que sólo encuentras en los grandes, que conoce al ser humano profundamente bien. Es un hombre de una sensibilidad, de una entrega que hace que cuando estás trabajando con él tú no sientes que te está dirigiendo. Es un hombre que te toma de la mano para que tú crezcas y crezcas y crezcas. Se implica y te sientes muy protegido y eso es muy bueno.

Los siguientes objetos, dos DVDs de dos series de televisión le traen los siguientes recuerdos.

a) Fortunata y Jacinta, adaptación de la novela de Benito Pérez Galdós a cargo de Mario Camus estrenada en 1980 con un extenso reparto encabezado por Ana Belén y Maribel Martín.  

CH.L.: Esta serie me trae todos los recuerdos  más bonitos que te puedes imaginar porque yo hacía un tiempo que tenía necesidad de hacer una cosa que me tocara el corazón y que saliera a trabajar, mirando a cámara sin nervios, sin miedos y segura de que era un papel hermoso, en mi caso, Mauricia La Dura, que era un papel para comérselo, loca como una cabra. Al final ella sufre un delirium tremens. El texto de Galdós es una belleza y con qué alegría hacía yo el papel.
Charo López y Ana Belén en Fortunata y Jacinta (1980)

b) Los gozos y las sombras (1982) dirigida por Rafael Moreno Alba sobre la trilogía de Gonzalo Torrente Ballester y en cuyo reparto se encuentran también Amparo Rivelles, Carlos Larrañaga y Eusebio Poncela, entre otros.

CH.L.: Si no hubiese hecho esto (refiriéndose a 'Fortunata y Jacinta'), este papel (Clara Aldán) no me lo hubieran dado porque no confiaban en mí. Pero como me salió tan bien (el personaje de Mauricia La Dura) dijeron " que lo haga". Pero casi lo hago de milagro porque yo estaba trabajando en Alemania y al volver el último mensaje del contestador decía: "Si no viene a la cena no va a poder hacer el papel porque vamos a firmar el contrato a otra actriz". Entonces me fui a la cena en donde estaban y me dijeron: "Este papel lo iba a hacer Marisol pero se ha quedado embarazada". Esta serie me dio la vida, me situó en un puesto maravilloso dentro de la profesión. Salí de la cuneta porque ya era demasiado joven para hacer de mayor y demasiado mayor para hacer de joven.
Como Clara Aldán en la popular serie Los gozos y las sombras (1982)

El viaje al pasado por medio de los objetos finaliza y la entrevista cocluye con otras dos cuestiones.

 P: A usted se le puede considerar "chica Suárez", ya que ha trabajado con Gonzalo Suárez en ocho ocasiones (Ditirambo (1967), que la puso en el punto de mira artístico, La Regenta (1974), Epílogo (1984), Don Juan en los infiernos (1991), El detective y la muerte (1994) o la serie Los pazos de Ulloa (1985), entre otros trabajos) ¿Qué destacaría de este director?
En Ditirambo (1967) primera colaboración con Gonzalo Suárez
CH.L.: Soy totalmente "chica Suárez". He trabajado con él ocho veces y puede que lo haga en alguna más. Él es el que me llama  y yo tengo ganas de trabajar con él porque es un director inquietante ¿Por qué  me llama Gonzalo a mí? Eso habría que preguntárselo a él.   
 
P: Cuando ganó el Goya a la Mejor Actriz de Reparto por Secretos del corazón (Montxo Armendáriz, 1997), recuerdo su gesto triunfal con el brazo ¿Sentía la sensación de "Por fin lo he conseguido"?

CH.L.: Por fin lo he conseguido, exactamente. Cuando salí no me importaba nada en el mundo, estaba feliz, me había llevado mi Goya. Fíjate, el día que me den el Oscar, que me lo van a dar, cómo me voy a poner...Estad atentos porque puedo hacer un disparate.

Con esta simpática respuesta finaliza otra de esas entrevistas para el recuerdo con una actriz que desprende alegría por todos los poros de su piel. 

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